EL SEGUIMIENTO
ARQUEOLÓGICO DE LA REHABILITACIÓN DE LA CASA DEL SACRISTÁN
Por interés de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de
Corral de Almaguer, con
representación de su párroco D. Jesús Serrano Ruiz se realizó la
correspondiente propuesta de seguimiento arqueológico de la
rehabilitación de la casa del sacristán, situada en la c/ Ánimas, 1
de Corral de Almaguer (Toledo), con el objetivo
marcado de llevar a cabo el control preventivo de un área de
rehabilitación destinada a zona de
La iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se sitúa
en la zona céntrica de la población, en lo que denominaríamos como
“casco antiguo”, a tenor de las referencias bibliográficas que
situaban una cerca o muralla alrededor del pueblo y que se encuentra
cercano tanto a las arterias principales del municipio como a
edificaciones relevantes. En lo que se refiere a la iglesia parroquial se trata de un edificio de estilo gótico de transición al plateresco; propiedad del Arzobispado de Toledo y declarado BIC con categoría de monumento desde el año 1931. Su fábrica es de mampostería, con restauraciones en cemento color ocre, que luce en sus paramentos este y sur, ya que los otros están ocultos por distintas edificaciones adosadas. La intervención se realizó en la zona situada en la parte oriental de la parroquia, conocida como casa del sacristán (con 118,35 m2 de superficie), que estuvo dedicada a este uso durante muchos años y que hoy día se encontraba abandonada con el consiguiente deterioro del mismo. Tiene su acceso por la calle de las Ánimas y los paramentos que la delimitaban estaban constituidos de mampostería en su parte inferior, que había sido revestida de numerosas capas de cal sobre las que se crearon unos bultos de yeso, también encalados (que servían para evitar que los niños jugaran a la pelota y que aparecen en otras edificaciones de la población) –en la parte media- y en su parte superior, mampostería enlucida, que remata una cornisa.
Ante la posible incidencia de las obras de colocación de la escalera, que necesitaría una pequeña cimentación en la que apoyarse y le realización de zanjas para saneamientos, era preciso mantener la supervisión y control de estos trabajos, especialmente los que afecten a la remoción de tierra con el rebaje entre 40 y 70 cms. para, a continuación, realizar pequeñas zanjas de cimentación que alojen las estructuras (placas y parrillas) de sujeción de la escalera, así como del seguimiento de trabajos en paramentos y contrafuertes; para tomar las referencias de altura se estableció el punto 0 de la excavación en la pared interior, junto a la jamba derecha de la puerta, a 1 m. de altura. En primer lugar se llevó acabo el seguimiento del desmonte del suelo del inmueble, que se realizó en dos partes (primero la zona sur-este y después la zona nor-oeste), debido a la escasez de espacio existente, que albergaba los materiales propios de la obra.
En la zona nor–oeste, aparece un tierra negra de relleno con distintos fragmentos de materiales contemporáneos que abarcan desde la loza común hasta clavos, plásticos, latas, etc. y algún resto óseo; no olvidemos que al ser una zona aneja a los muros de la iglesia parroquial no estaría exenta de algún enterramiento, que fue destruido al ser habitado este espacio durante largo tiempo por el sacristán y su familia, que crearían, a su vez, nuevos estratos y materiales de colmatación del terreno.. Se han realizado un total de cuatro zanjas a través de medios manuales, que alojarán los zunchos de la cimentación. Los rellenos que aportaron consistieron en tierra marrón cara con mezcla de yesos, piedras de pequeño y mediano tamaño, restos óseos muy fragmentados y algun fragmento de teja. Se han realizado un total de tres huecos para alojar las placas de anclaje y parrillas de ferralla, que nos han aportado unos rellenos de tierra marrón, yesos, arenas y alguna piedra. En una de ellas se llegó al terreno natural (0,60 mts.). Hay reseñar dos huecos más que se abrieron en el terreno que correspondían a las arquetas de desagüe cuyos materiales de relleno contenían tierra marrón y alguna piedra.
Ambos elementos arquitectónicos fueron limpiados y consolidados (en el caso de los paramentos).
En el caso del de los muros exteriores se
realizó la intervención en el que esta anejo a la fachada principal
del inmueble. Este, presentaba un estado de deterioro importante, además
de contener una serie de abultamientos, realizados en cal, que deslucía
el citado muro. Se solicitó el pertinente permiso, por parte de la
Dirección facultativa de la obra, para su supresión, que finalmente se
produjo, llevándose a cabo su picado total y la consiguiente restauración,
utilizando cemento blanco y arena devolviéndole así su apariencia
original. El otro de los paramentos exteriores en el que se intervino fue el muro exterior del propio inmueble, que fue derribado y nuevamente edificado realizándose en ladrillo y enfoscado con la misma masa de cemento blanco, mezclado con arena, que lo distingue de la fábrica de piedra en la que está realizado el paramento contiguo de la iglesia. Su parte inferior, hasta aproximadamente un metro de altura, está realizada en mampostería.
El control arqueológico tenía como objetivo aportar la información necesaria que la intervención arquitectónica pudiera generar, para permitir los trabajos en el inmueble consistentes en la rehabilitación de la edificación existente y la reconstrucción de la cubierta para la que se realizarían zanjas que podían afectar al patrimonio arqueológico.
Zacarías
López-Barrajón Barrios
(Historiador/Arqueólogo)
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